No pido
imposibles, los vivo
Y para que pedir cosas imposibles
Si después de todo es invisible
El espacio de mi espíritu donde no estás
Si te has vuelto imprescindible
El extenso camino está lleno de fusiles
Que miran desde arriba con un tino increíble
Que apunta al corazón y a los pies
Desde entonces
Cuando quieres salir el sol te opaca los ojos
Y te escondes
Entre el vidrio roto de los espejos
Por eso llego y con mis dedos
Uno cada uno y te los envuelvo
En forma de sonrisas y amuletos
Encima de los días que para siempre tenemos
Cuando quieras podemos perdernos en los escotes
De la rebelde ternura que hierve en tus besos
Sabes cumplir mis deseos
Y no puedo ser tan
cortes
Para decirte que es lo que quiero
No soy un simple ladrón
Soy el monarca de los sueños
De algún vagabundo en pleno vuelo
Despacio baja a las venas el suero
Bendita coherencia líquida,
bendito consuelo
Te busco en el cuello
Sé que ahí más que en cualquier otro lugar te encuentro
Dispuesta a todo lo que te pida el cuerpo
No somos un lacónico decreto
Somos caricias que rompen el concreto
las teorías mentiras cínicas se hacen llamar soluciones
Pululan en mi techo sus abducciones
Yo no les hago caso
Y entre las cobijas miro tu sueño despacio
Creciendo en tu piel mi tacto
Soy espectador de tu belleza bajo el manto
De mi cariño que para ti se mantiene intacto
Para qué voy a pedirle al cielo que llueva mana
Para qué voy a suturar mis heridas con lápiz labial
Para que pedir imposibles
Sé que a veces amaneces triste
Y rasgas el colchón
En el lugar donde se supone debería ir yo
Así te vistes de furia que envistes sobre mi piel
Perdona que busque en tu lengua un dulce de miel
Sabes que aunque no esté yo jamás te faltaré
Puedes gritarle a la cordura
Que se reúna con la distancia
En una estancia lejana a esperar que te olvide
Se harán viejas mientras nuestro amor persiste
No soy caminante de las nubes
Ni he encontrado en la tierra petróleo en sus ubres
Pero deslizo mi mente por lugares alcahuetes
Donde armo y desarmo mundos como juguetes
No pido imposibles
Solamente que te quedes
Para que me aprisiones entre tus muslos y me quemes
No quiero que me prometas los lunes quiero que seas mi eterno
viernes
Quiero que seas la vida que viva
Mi esperanza que cautiva
La fe de mi fuerza
Mi mundo, mi dama bella, mi princesa